
Con solo 17 aos, Lalo ya fue parte del Ateneo Msicos y Amigos de Rosario (AMAdeR). Luego se integr a la mtica banda de rock sinfnico Pablo el enterrador.
Este jueves se cumplen veinte aos de la sonora ausencia de Lalo de los Santos, msico, compositor, arreglador y cantante que fue uno de los grandes batalladores por impulsar la msica de Rosario, ciudad a la que le regal su cancin insignia.
El «Tema de Rosario» -quiz la ms popular de sus muchas canciones- fue slo una muestra de la ligazn afectiva de Lalo con sus races y con la certera conviccin de la necesidad de proyectar este legado esttico atravesado por influencias varias hacia otras regiones del pas y del mundo.
Nacido como Eduardo de los Santos 17 de enero de 1956, ya convertido en Lalo aport su enorme sensibilidad al crisol musical que irrumpi a inicios de los ’80 de la mano de la denominada Trova Rosarina.
Pero antes, desde marzo de 1973, fue parte del Ateneo Msicos y Amigos de Rosario (AMAdeR) y luego se integr a la mtica banda de rock sinfnico Pablo el enterrador.

«Recordar que Lalo naci hace 65 aos, dos das despus que yo; que no supimos nada el uno del otro hasta pasada la adolescencia, y que luego fue para m un nombre ligado a una msica que me conmova, a un grupo de creadores poderosos», subraya Jorge Fandermole a Tlam.
Entre idas y vueltas, una estada en Buenos Aires para intentar (junto a Rubn Goldn) ser parte de la banda de Ral Porchetto y su triste alejamiento de Pablo el enterrador, el artista se mud de ciudad para ver nacer a su hijo Ivn y trabajar de tenedor de libros en una empresa del centro porteo.
Sin embargo, en una noche de agosto de 1981 cuando sus amigos rosarinos liderados por Juan Carlos Baglietto llegaron al estadio de Obras para tomar parte en un recital de repudio a la prxima llegada de Frank Sinatra a la Argentina, el msico reencontr su lugar en el mundo.
«Cuando escuch que la cancin ‘Mirta de regreso’ deca ‘en laestacin retumba el Estrella del Norte’, la conmocin interna que sent hizo que me planteara, por primera vez, mi procedencia, asumiera mi ‘rosarinidad’, reconociera mi grupo de pertenencia y me embriagara al ver a 5.000 monos gritando ‘Rosario, Rosario'», evoc Lalo alguna vez.
Tema de Rosario
Tras aquel movilizador concierto y la consiguiente cena en el tpico restaurante porteo Pipo, a Lalo le cambi la vida. «Cuando volv de Obras y de Pipo me sali como una escupida la primera estrofa del ‘Tema de Rosario’ como respuesta inicial a tantas imgenes recibidas, y esa sensacin marc el inicio de un trabajo creativo apuntado especficamente a Rosario», confes entonces.
Ya reinserto a la actividad musical, fue quien cobij al jovencsimo Fito Pez cuando el muchacho decidi cambiar a Rosario por Floresta, tom parte en el auge de Baglietto en paralelo con el fin de la dictadura militar y la edicin de «Tiempos difciles» y comenz a ser bajista y arreglador de la cantante y compositora Silvina Garr.

«Hay otro cielo», el segundo lbum de Lalo.
Aquel gesto con el autor de «Yo vengo a ofrecer mi corazn» lo repiti aos despus con Adrin Abonizio, quien evoca a Tlam que «cuando me mud a Buenos Aires en los aos mozos en busca de comida y msica me llam a mi casa y cordialmente me susurr ‘Yo s lo que ests sintiendo. Vente a mi departamento que te lo digo’. Cuando llegu fue como arribar a un claro de la selva despus de casi sucumbir en la jungla».
Antes de ese cruce, De los Santos ya haba trabado relacin con Litto Nebbia, quien apunta a esta agencia: «A Lalo lo conoc en Rosario justamente, una madrugada regresando de un masivo ‘Concierto por el Rosariazo 83.Ya nos bamos a dormir, y l me intercept en la puerta del cntrico hotel que parbamos. Solo me dijo ‘Te puedo hacer escuchar un tema?’…y la cancin era ‘Tema de Rosario'».
«Inmediatamente lo convid a ir para Buenos Aires la semana siguiente y comenzar a grabar un lbum de su autora. De ah en ms, nos hicimos fraternales amigos y tocamos muchas veces por todo lugar que se pudo. Un personaje muy talentoso, sper humilde, hper sensible. Uno de esos de verdad», destaca Nebbia.

«Rosarinos», el proyecto que comparti con Abonizio, Fandermole y Goldn.
Aquel lbum fue «Al final de cada da» (con canciones como «Para la gente de barrio», «Al maestro con msica», «El Kiser», «Goldiana» y, claro, «Tema de Rosario»); al que le sigui «Hay otro cielo» (1987), otra vez bajo la batuta de Nebbia, donde destacaban «No te caigas campen» y «Tibio brote de amor», entre otras piezas.
Su tercer y ltimo disco soliat fue «Canciones rosarinas» (1996), donde reuni piezas de sus dos primeras placas y estren «Aquella nia en soledad» (dedicada a Silvina Garr) y «Vuela Aldo vuela» (donde exhibi una vez ms su desbordada pasin por Rosario Central y por el goleador Aldo Pedro Poy).
Pero despus de ello, se dio el gusto de ser motor y partcipe de Rosarinos junto a Adrin Abonizio, Jorge Fandermole y Rubn Goldn, un proyecto acstico que signific una suerte de fugaz bocanada de aire fresco para la cancin popular.

Junto a Adrin Abonizio, uno de sus grandes compaeros de ruta.
Poco tiempo despus le descubrieron un tumor en el fmur de una de sus piernas y aunque enfrent con energa ese trance –con operaciones y tratamientos-, finalmente falleci el 25 de marzo de 2001.
«Lalo es un pilar de la msica rosarina con canciones que nos van a acompaar siempre. Es un rosarino en el exilio con aires de Nebbia y un canalla de ley. Que sea msico, rosarino y de Central le otorga un carcter especial para m», resume Gerardo Rozn sobre De los Santos.