
Nacido en el barrio de Once, el escritor pas parte de su infancia caminando y leyendo entre los rboles de plaza Miserere.
Escritor y renovador del estilo periodstico argentino, integrante de la bohemia portea de su tiempo, Enrique Gonzlez Tun tuvo la virtud de llevar el arrabal porteo al centro de la ciudad a travs de sus crnicas y de hacer pblica la disputa de los grupos literarios de Boedo y Florida desde las pginas del diario Crtica, en una Buenos Aires donde haba nacido 120 aos atrs, un 10 de marzo.
Creados en Argentina por influencia europea, los grupos de Florida y Boedo formaron parte de la escena literaria argentina de vanguardia y quedaron como emblema de las disputas ideolgicas y estilsticas que subyacan en ambos sectores. Con una ideologa ms conservadora, pertenecan al primero Jorge Luis Borges, Victoria Ocampo y Leopoldo Marechal, entre otros, y tenan como centro de reunin la revista Martn Fierro. Mientras que el grupo de Boedo, integrado por Lenidas Barletta, Roberto Arlt, lvaro Yunque y Csar Tiempo representaba una obra relacionada a temticas sociales, obreras y polticas desde una perspectiva socialista o de izquierda.
Gonzlez Tun particip junto a su hermano, Ral, de estos grupos, colabor para las revistas Martn Fierro y Proa, y en 1924, adhiri al movimiento de Florida, colaborando en el legendario peridico Martn Fierro, en la revista Proa, de Ricardo Giraldes. All public el escritor sus notables imgenes de «Brjula de Bolsillo», y en el peridico, sus epitafios fueron los ms mordaces durante la guerrilla literaria.
Esas disputas, que se diriman en las revistas que publicaban ambos grupos de artistas, fueron dadas a conocer por Gonzlez Tun en columnas del diario Crtica, donde comparti horas de trabajo junto a Roberto Arlt.”
En las pginas de ese diario, entre junio de 1925 y agosto de 1931, el escritor tambin dio cuenta de textos que luego reunira en su primer libro y que se public bajo el nombre de «Tangos» (1926).
Gonzlez Tun tomaba cada semana la letra de un tango como motivo inspirador y dando rienda suelta a su imaginacin escriba un cuento acerca de la historia que encerraba la letra de un tango de popularidad en ese momento, que iba acompaado por una ilustracin.
No obstante, su obra ms lograda fue seguramente «Camas desde un peso» (1932), una pieza intergnero entre la novela y el cuento integrada por una serie de relatos, dostoievskiana y potica, galera de retratos del submundo miserable de Buenos Aires, donde cinco hombres de dudosa estampa comparten una habitacin en un lugar llamado «El puchero misterioso».
«El alma de las cosas inanimadas» (1927) y «La rueda del molino mal pintado» (1928) son algunas de las vietas publicadas en diarios.
«Apologa del hombre santo» (1930) es un homenaje a la memoria de Ricardo Giraldes. «El Tirano» (1932), subtitulada «novela sudamericana de honestas costumbres y justas liberalidades», es una stira a la dictadura de Uriburu. Sus ltimos libros, recopilacin de su trabajo periodstico son «Las sombras y la lombriz solitaria» (1933), serie de impactos periodsticos-literarios con predominio del expresionismo crtico; «El cielo est lejos» (1933) y «La calle de los sueos perdidos» (1941).
Gonzlez Tun fue adems guionista de cine («Maana me suicido», 1942; «Pasin imposible», 1943), escribi tangos (entre los que se cuenta «Pa’l cambalache», escrito junto a Rafael Rossi y grabado en 1929 por Carlos Gardel), piezas teatrales, sainetes y folletines.
Nacido en el barrio de Once, hoy Balvanera, el escritor pas parte de su infancia caminando y leyendo entre los rboles de plaza Miserere, que en ese momento era «un verdadero parque, boscoso, denso» segn recordara luego de su muerte, su hermano Ral, uno de los grandes poetas del vanguardismo argentino.
«l tena 10 aos, me llevaba cuatro. Yo lo segua y admiraba. Una vez, evocando aquella poca, me confes, desolado, que entonces yo lo fastidiaba. Puede ser, pero ya cuando ingrese tras l al diario Crtica -una etapa apasionante, un fenmeno periodstico extraordinario, algo decididamente no superado- parecamos una sola persona, coincidamos en todo. En adelante me estimul, me ayud, aun desde lejos y hasta su ltimo aliento», evoc alguna vez.
Su hermano tambin recordara que el escritor «lea vida y desordenadamente» y «Citaba a menudo a Quevedo, el de El buscn, a Dickens, Chjov, Bret Harte, Gorki, el Payr de El casamiento de Laucha, y a ngel Ganivet, Lord Dunsany, Charles Louis Philippe, Rafael Barret, Katherine Mansfield, Zola». Fue el primero en incorporar vocablos y dichos de la jerga pop lunfarda de los aos 20 y no solo en las glosas de tangos, y lo defini como «el cronista magistral de la ciudad».
«Enrique hizo muchas veces galas de sutil irona, de ingenio agudo y en ciertos casos urticantes. Este hombre tan fino, tan flaco, tan bondadoso era implacable cuando se trataba de fustigar a un canalla o a un pacato hipcrita. Alternaba una efusiva cordialidad y su comunicante ternura con una gracia zumbona en las sobremesas, por momentos con rasgos de humor negro», seala Ral Gonzlez Tun.
«Estoy seguro de que un da, en el muro de la casa del barrio donde nacimos, mejor dicho, en la pared de un feo edificio sin historia que ahora se alza all, sin el patio, sin el nspero, podrn leerse estas palabras grabadas en el bronce: En este sitio estaba situada la casa de la infancia de Enrique Gonzlez Tun, el ms porteo de los cronistas de Buenos Aires. Parti a una zona desconocida el 9 de mayo de 1943. No era un general, no era un primer ministro, pero era un artista, era un poeta, tena la llave de la calle».