Se acabó la clandestinidad porque ahora se puede concurrir a un servicio de salud público o privado y pedir esta interrupción. No tener que recurrir a los servicios clandestinos, a veces de inadecuada calidad, además de tener que ocultar la mujer y los profesionales lo que hacían. La clandestinidad justificaba el alto precio de la practica y también la falta de responsabilidad del profesional si había una complicación. Todo esto les generaba a las niñas y mujeres, así como a sus parejas /familias gran ansiedad, temor, padecer abusos y denigraciones que las afectaban psicológicamente. Esto es muy difícil de entenderlo en su real magnitud por quienes no atravesaron esta situación en forma directa o a través de una familiar, amiga o persona próxima. El daño psicológico que la clandestinidad les generaba a las mujeres que se practicaban un aborto era mucho mayor que el que les provoca en la legalidad, donde la culpa y la denigración se eliminan. Si es difícil tomar la decisión de abortar, mucho más lo es hacerlo en ambientes clandestinos, en los cuales las mujeres padecían en soledad todas esas vivencias.
Lo que deben saber AHORA las mujeres, la población y el personal de los servicios de salud es que no se necesita recurrir a lo justicia, ni esperar que la ley se apruebe en cada provincia o jurisdicción. Por eso si se lo niegan en un hospital publico o les dicen que no tienen Misoprostol, el medicamento que se usa, deben avisar esta falta a la línea telefónica del Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud de la Nación, porque compro y distribuyo a todo el país. En las obras sociales y privados se lo deben proveer gratuitamente a través del mecanismo que usan para cualquier medicamento, pero sin cargo.
Todo esto debe ser conocido para atender a los problemas que la implementación de la ley puede provocar, pero que debe ser informado para que no se repita. ¡Vigilemos para que se cumpla!
Fuente: https://www.telam.com.ar/notas/202101/542422-es-ley-se-acabo-la-clandestinidad.html