LOS PLATOS ROTOS DE UN DOBLE ASESINATO | REPERCUSIONES DEL CRIMEN DEL ECOLOGISTA Y EL PERIODISTA EN AMAZONIA


Desde San Pablo
Periodistas en la mira de Jair Bolsonaro. Asesinado a balazos en la selva amazónica, el corresponsal británico Dom Phillips era un profesional incómodo tanto para el gobierno como para el crimen organizado dedicado a invadir tierras indígenas para traficar cocaína, extraer oro, talar árboles ilegalmente o dedicarse a la pesca depredatoria de especias amenazadas de extinción.Una delegación de senadores y diputados brasileños se encontraba hoy en el municipio de Atalaia do Norte, en el noroeste amazónico, próximo a las fronteras con Colombia y Perú, cerca de donde se hallaron los restos de Phillips, colaborador del diario The Guardian, y del experto en culturas indígenas Bruno Araújo Pereira. Ambos fueron ejecutados, al parecer con escopetas, y sus restos permanecieron ocultos durante más de una semana en medio de la vegetación densa: un método usual cuando los crímenes son perpetrados por mafias o matadores contratados por éstas.»El trabajo de Dom Phillips y Bruno Pereira Araújo garantizaba el derecho a la información de la población» sobre la realidad en una floresta de más de cuatro millones de kilómetros cuadrados, consignó la Federación Nacional de Periodistas brasileños.El cronista británico recorrió la Amazonia durante «quince años» en condiciones «difíciles» propias de una geografía difícil y organizaciones mafiosas , circunstancias agravadas en los últimos tiempos por el aumento de la violencia en un país cuyo «presidente es conocido por su aversión a la prensa libre e independiente», denunció la organización de los trabajadores de prensa.Amnistía Internacional, Human Rights Whatch y la Comisión Paulo Evaristo Arns denunciaron el caso en el exterior sin dejar de alertar que la muerte de Phillips se inscribe en un ambiente amenazador hacia el periodismo en general. En ese sentido se puede citar que la justicia condenó esta semana a Bolsonaro por haber amenazado con expresiones de connotación sexual a la periodista Patricia Campos Mello, del diario Folha de San Paulo, autora de una investigación sobre las fake news diseminadas en 2018 por el entonces candidato a la presidencia. Otro tema capaz de irritar al poder.RankingEste jueves, horas antes de que la misión de parlamentarios llegados de Brasilia aterrizara en la Amazonia para supervisar las demoradas investigaciones del doble asesinato de Phillips y Araújo Pereira, la ONG Artículo19 publicó el ranking mundial de libertad de expresión. Brasil mostró una caida pronunciada desde el inicio de la gestión Bolsonaro. Hace once años, al comenzar el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, el país sumaba 88 puntos dentro de una escala de uno a cien, ubicándose entre los países con un sistema «abierto» y de respeto a la prensa según los estándares de Artículo 19. En 2021 Brasil caýó a cincuenta puntos, quedó en el grupo de naciones en las que hay una libertad de prensa «restringida», número 89 en una lista de 160 estados.Uno de los criterios para elaborar el ranking son los ataques a comunicadores y medios, los que han ido en aumento desde 2019 junto con el arribo del excapitán al Palacio del Planalto. El año pasado se reportaron 430 agresiones y amenazas, buena parte de ellas protagonizadas por el mandatario, la cifra más alta en tres décadas. En los países donde se respeta la libertad de prensa mostrar la credencial de reportero supone contar con ciertas garantías, pero en Brasil cuando un profesional circula con su «identificación (suele ) ser asediado y atacado», dice el informe de Artículo 19 al explicar la actual degradación la libertad de prensa.¿Quién mató a Dom?Las investigaciones sobre el asesinato de Phillips «realmente dejan mucho que desear, pareció que las autoridades se durmieron porque demoraron para empezar su trabajo y en este tipo de crímenes es importante no dejar pasar los días», plantea Cesar Muñoz, investigador «senior» de la ONG Human Rights Watch, enrevistado por Página12.»Realmente los primeros en actuar fueron los indígenas del Valle do Javarí, en el estado de Amazonas. Ellos dieron la primera señal de alarma cuando Bruno y Dom desaparecieron, mientras que el gobierno tardó dos días en autorizar el inicio de la búsqueda aérea en esa zona enorme. Y los militaes sacaron un comunicado sorprendente diciendo que estaban listos para iniciar las búsquedas pero que esperaban que les llegue la orden de alguien. ¿De quién estaban esperando la orden?» indaga Muñoz.Desde 2018, en Brasil los organismos de derechos humanos preguntan «quién mató a Marielle Franco» la concejala afrodescendiente que denunció a los parapoliciales en las favelas de Rio de Janeiro. Hasta la fecha las investigaciones han avanzado poco debido al sabotaje del gobierno, que transfiere a los fiscales que trabajan con seriedad o presiona a jueces que avanzan más de los recomendable en el proceso.Ahora tras los crímenes en la Amazonia, surge la pregunta sobre los culpables. En un primer momento la policía aseguró que fueron unos pescadores furtivos que actuaron por las suyas, sin vínculos con organizaciones criminales. Como si se tratara de un delito común. Esa hipótesis policial fue refutada por los indígenas del Valle do Javarí, en la zona de los asesinatos, seguros de que éstos fueron un «crimen político». Para César Muñoz, no es prudente hablar de una causa sin conocerla en detalle, pero es posible hacer una lectura del proceso que dio marco a los hechos. «Si realmente fueron esos pescadores ilegales los que mataron a Dom y Bruno, debemos tomar en cuenta que lo obtenido en la pesca ilegal en la Amazonia se vende en algún sitio. No se trata de una persona aislada que es criminal en el medio del río, eso debe estar dentro de una red criminal más amplia», la cual podría estar detrás de los matadores.»El problema es que el gobierno de Bolsonaro no ha hecho nada contra esas redes delictivas que atacan a las comunidades indígenas y al medio ambiente en la Amazonia. El presidente siempre fue contrario a la protección del medio ambiente. Las acciones y las declaraciones del presidente tienen consecuencias. Sin dudas el presidente tiene responsabilidad en todo esto. Y ahora que este caso concitó la atención del mundo él quiere lavarse las manos», sostiene el experto de Human Rights Whatch.Biden y el papaEn Londres, desde donde habló con este diario, Muñoz afirma que el doble asesinato de la Amazonia ganó una «gran repercusión internacional» porque una de las víctimas era británica y trabajaba para un diario de porte como es The Guardian. «Lamentablemente muchos asesinatos ocurren contra defensores del medio ambiente e indígenas sin que tengan repercusión nacional y menos internacional», constata Muñoz.Bolsonaro sintió en persona el costo diplomático del caso hace tres semanas, cuando viajó a Los Angeles para la Cumbre de las Américas. Según trascendidos, el presidente Joe Biden habló de Dom y Bruno durante la reunión a solas con el sudamericano. El asunto también interesa al representante para el Clima, el exsecretario de Estado John Kerry, que se reunió con la líder indígena Sonia Guajajara. Paralelamente el primer ministro Boris Johnson manifestó su «preocupación» frente a lo ocurrido a su connacional, al hablar ante el Parlamento. El papa Francisco se reunió en el Vaticano con obispos de la región amazónica. A la salida del encuentro, Jorge Mario Bergoglio apareció ante los camarógrafos con una toca indígena en la cabeza e instó a los obispos actuar con «coraje» en esa inmensidad selvática que parece ser una tierra sin ley.Francisco abrazó la cuestión amazónica desde su entronización como Papa y en 2019 organizó el Sínodo de la Amazonia, recibido con particular recelo por Bolsonaro. El avance o estancamiento de las investigaciones de los asesinatos de Dom y Bruno dependenerá en buen grado del seguimiento que la causa tenga a nivel internacional y del apoyo que reciban los familiares, señala Muñoz, que destaca el trabajo que realizan los curas de la Comisión Pastoral de la Tierra. La viuda de Phillips, la brasileña Alessandra Sampaio, dijo el domingo durante el velorio de su marido en Rio de Janeio, que ahora empieza la pelea para que se «haga justicia» y contra la impunidad

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/433805-los-platos-rotos-de-un-doble-asesinato