Terry Gene Bollea, conocido mundialmente como Hulk Hogan, falleció este jueves por la mañana a los 71 años tras sufrir un paro cardíaco en su residencia de Clearwater. Las autoridades informaron que el llamado al 911 se produjo a las 9:50 y, pese a los esfuerzos del personal médico, no lograron reanimarlo.

Hogan fue una de las figuras más influyentes de la lucha libre profesional. Con una presencia imponente, carisma desbordante y su célebre frase “Whatcha gonna do, brother?”, se convirtió en el principal rostro de la WWE durante los años 80 y 90. Ganó seis campeonatos mundiales en esa compañía y fue la estrella de ocho ediciones de WrestleMania. En total, sumó doce títulos mundiales entre WWE y WCW, consolidándose como uno de los luchadores más exitosos de todos los tiempos.
Más allá del ring, Hogan fue un fenómeno mediático. Participó en películas como Rocky III, protagonizó programas de televisión y tuvo presencia activa en la vida pública estadounidense. En abril de este año había anunciado la creación de su propia promotora de lucha, Real American Freestyle, cuyo primer evento estaba previsto para agosto.
En mayo pasado se había sometido a una cirugía de cuello, y su esposa, Sky Daily, había asegurado que se encontraba en recuperación. Por eso, la noticia de su fallecimiento sorprendió al mundo del espectáculo y el deporte. Fue trasladado al Morton Plant Hospital, donde se confirmó su muerte.
La WWE publicó un comunicado expresando su pesar y destacando la enorme contribución de Hogan a la popularización de la lucha libre en todo el mundo. Luchadores como Ric Flair, así como figuras del deporte y del entretenimiento, también manifestaron su tristeza y recordaron con afecto a quien consideraban un ícono y amigo.
Nacido el 11 de agosto de 1953 en Georgia, Hulk Hogan marcó un antes y un después en la cultura popular. Su figura, con el bigote rubio, la bandana roja y la musculatura descomunal, quedó grabada en la memoria de generaciones enteras. A pesar de las controversias que atravesó en su vida personal y profesional, su legado en el mundo del espectáculo permanece intacto.
Con su partida, se cierra una era de la lucha libre que tuvo en él a su máximo exponente. Hulk Hogan no solo fue un luchador: fue un símbolo. Y su recuerdo vivirá en la historia del entretenimiento.