El frenético estilo que le imprimió Donald Trump empieza a generar reacciones en su contra. Al contexto de guerra comercial que desplomó los mercados internacionales y la compleja relación política con América Latina y Europa hay que agregarle un malestar interno que provocó la primera marcha en contra del republicano.
Las movilizaciones organizadas el grupo “Manos fuera” fue organizado en más de 1.200 localidades de los 50 estados y por más de 150 grupos, entre ellos organizaciones de derechos civiles, sindicatos, defensores del colectivo LGBITQ+, veteranos y activistas electorales.
El enojo también estuvo dirigido a Elon Musk, el billonario que lidera el DOGE y tiene un pie afuera del gabinete por las tensiones con el resto de las dependencias y el excesivo protagonismo durante estos tres meses.
El Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) que conduce el dueño de Tesla es recortar el gasto público y reducir alrededor de 2 billones de dólares del gasto federal.
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Según informaron los medios internacionales, se trata de la mayor jornada de manifestaciones hasta el momento de un movimiento opositor.
Los críticos expresaron su objeción a las políticas y planteamientos de la actual Administración trumpista como la reducción del Gobierno federal, la economía, la inmigración y los derechos humanos.
Los manifestantes se opusieron a las medidas del equipo de Trump de despedir a miles de empleados federales, cerrar oficinas de la Administración de la Seguridad Social y clausurar agencias gubernamentales enteras, como USAID.
“Aquí en Estados Unidos, señor Musk, la justicia no está en venta. Y no sorteamos magistraturas del Tribunal Supremo estatal por premios millonarios. Deje de intentar comprar nuestros votos. Deje de estafar a nuestro Gobierno. Y deje de robar nuestros datos”, dijo el congresista Jamie Raskin, que intervino en la manifestación de Washington DC.

Por su parte, en Boston, la alcaldesa Michelle Wu asistió a la protesta en la capital de Massachusetts, donde denunció las tácticas intimidatorias de Trump y sus ataques a la diversidad y la igualdad. “Me niego a aceptar que puedan crecer en un mundo donde inmigrantes, como sus abuelos, sean automáticamente considerados criminales”, remarcó Wu.
Tras las protestas, la Casa Blanca dijo en un comunicado que “la posición del presidente Trump es clara: siempre protegerá la Seguridad Social, Medicare y Medicaid para los beneficiarios elegibles” y añadió que “mientras tanto, la postura de los demócratas es dar beneficios de Seguridad Social, Medicaid y Medicare a extranjeros ilegales, lo que llevará a la quiebra a estos programas y aplastará a los ancianos estadounidenses”.
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Las protestas también tuvieron lugar al otro lado del charco, ya que cientos de ciudadanos estadounidenses fuera del país y ciudadanos extranjeros también se manifestaron contra el enfoque de la política exterior de Trump.
Las manifestaciones tuvieron lugar desde Londres hasta Berlín, en ellas se pidió el “fin del caos” en referencia a la agresiva política arancelaria global del presidente estadounidense, que ha sumido en el frenesí a las bolsas de todo el mundo, así como se abogó por Ucrania, país con el que Trump se ha mostrado crítico.
