EL PAÍS DE LAS NOTICIAS ONDEMAND

EL PAÍS DE LAS NOTICIAS ONDEMAND post thumbnail image

Vivimos en un país de noticias OnDemand. No vemos la realidad: vemos lo que el algoritmo interpreta como “nuestro gusto”. Y esa diferencia, que parece mínima, está moldeando nuestra manera de pensar mucho más de lo que admitimos.

✍️ Pablo Marano

Ya no consumimos información: la información nos consume a nosotros. Cada scroll es una confirmación silenciosa de que preferimos la comodidad de la coincidencia antes que la incomodidad del desacuerdo. Las redes no nos muestran el país que es, sino el país que queremos creer que existe. Y así, a fuerza de personalización extrema, dejamos de compartir un mismo mapa de hechos para pasar a habitar millones de burbujas simultáneas.

La consecuencia es clara: perdemos la capacidad de discutir basados en un piso común de realidad. Cada quien vive en su propio canal, su propio set de noticias, su propio relato. No es casual que la conversación pública esté quebrada: no hablamos entre personas, hablamos entre algoritmos enfrentados.

Estamos tan acostumbrados a este menú a medida que confundimos preferencia con verdad. Si no aparece en mi feed, no existe. Si no coincide con mis ideas, es “mentira”. Si me incomoda, deslizo para pasar a otra cosa.

Pero la democracia no funciona con contenidos seleccionados por afinidad. Funciona con ciudadanía informada, con debates basados en hechos, con voces que se escuchan incluso cuando molestan. Y eso implica un ejercicio consciente: salir de la zona de confort digital, buscar fuentes diversas, exponerse a miradas distintas y, sobre todo, recuperar el hábito de contrastar antes de creer.

Porque si dejamos que los algoritmos definan lo que vemos, estamos renunciando (sin darnos cuenta) a la posibilidad de comprender el país real. Y un país sin una realidad compartida es un país que difícilmente pueda construir futuro.

Dejar un comentario