Pases de factura en el bloque peronista tras el fracaso de la sesión contra los DNU de Milei
Germán Martínez pagó carísimo este martes la confluencia de los que le atribuyen falta de liderazgo y la jugada de la Casa Rosada con los gobernadores para bajarle una decena de diputados de su bancada, convirtiéndola en factor determinante de la falta de quórum para rechazar el DNU del canje de deuda a medida de Luis «Toto» Caputo.
Tras el fracaso de la sesión, el santafecino convocó a una reunión de urgencia con los legisladores que asistieron al Congreso y la discusión se extendió por más de dos horas. «Nadie se va ni el bloque se parte, Germán no salió fortalecido pero fue ratificado», dijo a LPO un colega suyo que trató de ser amable.
En las filas de los ausentes, fueron más ásperos. «No hay liderazgo, funcionan reactivamente, no proactivamente», indicaron.
La referencia apuntaba a que, como informó LPO, Martínez y Paula Penacca no habrían hecho un ejercicio de contención política previo con varios de los que terminaron ausentándose. «No llamaron ni para ablandar y, cuando se acordaron, el gobierno ya los había pasado por arriba», graficaron.
LPO repuso la imagen del presidente de la bancada y su vice, sumidos en conversaciones frenéticas para reunir el número suficiente para salvar el quórum en los minutos previos a la reunión de Labor Parlametaria. Pese al empeño, no llegaron y eludieron el papelón con la maniobra de prorrogar la sesión para la próxima semana.
El vértigo de ambos para recomponer la situación choca con la versión de los que reniegan de la falta de conducción de Martínez. «En vez de trabajar el vínculo político, te llaman cuando ya está todo cocinado y te piden sumisión o te tratan como enemigo», explicaron en una provincia del norte, y agregaron: «Te quieren convencer diciendo que es importante que estés, que votes, que no podés hacer esto».
La discusión interna incluyó la enfática condena del radical Leandro Santoro a los diputados que responden a los mandatarios de sus provincias y, según dos de sus pares, Hugo Yasky habría pedido por segunda vez que se sancione o se expulse los que no votan con el bloque o retacean el quórum.
De fondo, continúa la bronca contra la catamarqueña Fernanda Ávila, quien se quedó en su despacho cuando se intentó insistir con la ampliación del presupuesto universitario y la oposición no juntó suficientes voluntades para abrir la sesión. Sin embargo, hubo legisladores que intervinieron con paños fríos, bajo la apelación habitual a que «en el peronismo no sobra nadie y nadie puede echar a un compañero».
El punto más caliente fue cuando Vanesa Siley cuestionó la estrategia de Martínez, que consiste en colocarse a la cola de las iniciativas que impulsen los radicales o los pichettistas. Según comentó a LPO uno de los presentes, la dirigenta del gremio de los judiciales reprochó que esté finalizando el año parlamentario y no se haya puesto en tratamiento el DNU 70/23 para su anulación definitiva.
Penacca retrucó que la estrategia había servido para sancionar el aumento a los jubilados y el incremento a las universidades, por más que Javier Milei lo vetara después. «¡Entonces cambiemos la estrategia!», habría exclamado Siley.
El estado del peronismo es tan confuso desde que Cristina Kirchner anunció que iría por la presidencia del PJ que fue sorpresivo para algunos diputados recibir el llamado del propio Ricardo Quintela para que dieran quórum. «Es un quilombo todo: Quintela era el que desafiaba a Cristina hace dos semanas y el lunes llamaba a full para quedar bien», se burlaron.
Condiciones similares se replican en el bloque de senadores conducido por José Mayans, donde la rebelión se tramita con más discreción hasta el momento. Los legisladores que proceden de provincias gobernadas por mandatarios de otro signo político desprecian las jugadas y el modelo de construcción del kirchnerismo pero carecen de volumen como para enfrentar abiertamente a sus adversarios internos.
Aun así, uno de ellos sostuvo ante LPO que «hay un grado de hartazgo tremendo en el bloque frente a la pirotecnia verbal de los que reparten el Sanbenito de traidor a cualquiera que exprese un pensamiento propio». Un puñado de legisladores discrepa con la idea de una «oposición eterna por la comodidad de dar discursos sin pensar en los intereses de las provincias».
De todas formas la reunión de bloque encabezada este martes por el formoseño se realizó sin estridencias. «Mayans es mucho más pillo», soltaron en un despacho de la Cámara Baja.