Se convirtió en una de las plataformas con más descargas en las tiendas de aplicaciones de Apple y Android. Su crecimiento ocurre después de que Musk apoyara explícitamente la campaña presidencial de Donald Trump en Estados Unidos.
Desde que el empresario y dueño de X, Elon Musk, expresó su apoyo público y financiero a Donald Trump, quien resultó electo presidente de los Estados Unidos por segunda vez en la última campaña, cientos de miles de usuarios pusieron en duda su permanencia en la red social del magnate sudafricano y barajaron la posibilidad de mudarse a una nueva plataforma con características similares, denominada «Bluesky».
Bluesky es una red social desarrollada por Jack Dorsey, el antiguo creador de Twitter, y tiene una mariposa azul como logo, que recuerda inevitablemente al pajarito también azul que caracterizó a aquella red social. Para muchos, esta plataforma representa una alternativa a X. Tal es así que este viernes anunció haber logrado un millón de usuarios en poco más de 24 horas, mientras que en la plataforma comprada por Musk en 2022 se registran numerosas bajas.
«¡Es oficial, 1.000.000 de personas se han unido a Bluesky en solo el último día! ¡Bienvenidos y gracias por estar aquí!», escribió la plataforma en un mensaje publicado en su red social y en su cuenta de X. Actualmente, tiene 16 millones de usuarios, un fuerte crecimiento para una plataforma que contaba con 10 millones a mediados de septiembre.
Según datos de Similarweb, que rastrea las estadísticas de las redes sociales, el tráfico diario a Bluesky superó al de Threads (de Meta) el 6 de noviembre. Es más, actualmente es la aplicación gratuita número uno en la App Store de Apple, seguida por la de Threads, y en Play Store, de Android, la descarga más popular es la Bluesky, mientras que en cuarto lugar está Threads.
Uno de los motivos que además propulsó la salida de varios usuarios de X es que Trump confirmó que otorgará a Musk un rol importante en su gobierno: estará al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en inglés), que funcionará como una especie de Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, como el que conduce Federico Sturzenegger en el gobierno argentino de Javier Milei.
Si bien X no dio cifras sobre cuántas personas abandonaron la plataforma recientemente, pero señaló que «dominó la conversación mundial sobre las elecciones estadounidenses y alcanzó máximos históricos«, con 942 millones de publicaciones a nivel mundial.
Desde que compró Twitter en 2022, el también dueño de Tesla y SpaceX inició una importante desregulación en la moderación en la plataforma –luego renombrada X–, autorizando por ejemplo el regreso a la red de cuentas vinculadas a movimientos ultraderechistas.
Asimismo, el plan del magnate es convertir su red en una «app para todo», parecida a la china WeChat, una aplicación propiedad del gigante Tencent que nació como un servicio de mensajería y que se amplió hasta convertirse en básica para muchas tareas esenciales en el país asiático.
No obstante, tras el avance de los discursos de odio, las fake news, y los trolls, el diario británico The Guardian y el español La Vanguardia anunciaron esta semana que dejarán de publicar contenidos en X, al considerar que se convirtió en una plataforma mediática «tóxica» que fomenta la desinformación y la violencia.
El éxito de Bluesky frente a otras alternativas
Mientras que Threads fue un intento de Mark Zuckerberg de ofrecer un espacio alternativo de microblogging de Musk, Bluesky fue respaldado originalmente por el cofundador de Twitter, Jack Dorsey, quien en 2019 anunció su intención de financiar una nueva forma de redes sociales “descentralizada” que no estuviera controlada por ninguna empresa.
Jay Graber fue el encargado de liderar el proyecto, que se lanzó como una aplicación a la que solo se podía acceder con invitación, pero que ahora ya está abierta al público.
No todas las alternativas a Twitter han sido un éxito, Pebble (antes T2) cerró este octubre, y en abril, el fundador de Post News, Noam Bardin, anunció que la aplicación no crecía lo suficientemente rápido «como para convertirse en un negocio real o una plataforma importante».