En medio de la turbulenta interna que se agita dentro del PJ Nacional, y bajo la estricta orden de Martín Llaryora y Juan Schiaretti a su primera línea de dirigencia de no jugar, el gobernador riojano Ricardo Quintela inició una gira por Córdoba que durará dos días. Y en cuya agenda del candidato a presidir el peronismo nacional figuran desde encuentros con dirigentes, sindicalistas y empresarios del sector pyme.
Según reconoció el propio riojano en una entrevista en Telefé hubo un aviso a Llaryora de esta gira y, tal como había adelantado hace casi un mes en otra nota en El Doce, desde su entorno aseguran que «entienden» la postura que decidieron tomar tanto el actual gobernador cordobés como su antecesor.
De todas maneras, en el peronismo cordobés sobrevuela la posibilidad de un respaldo por lo bajo al armado del riojano para bloquear un reingreso de Cristina Kirchner a la cúpula del PJ que pueda condicionar, desde lo electoral y lo partidario, al cordobesismo. En lo primero, porque si bien Schiaretti se mantiene al margen del peronismo nacional explora una construcción de Hacemos, la marca provincial que pretende hacer federal con el PJ como columna vertebral en su proyecto 2027.
Y en lo partidario, porque con el joystick en manos del kirchnerismo, siempre sobrevuela el fantasma de la intervención.
La gira de Quintela tendrá cerca a dos armadores con pasado en la fundación del cordobesismo, mucho más cercanos al delasotismo, como Carlos Caserio y Olga Riutort, y ambos ex funcionarios en el gobierno de Alberto Fernández. Caserio fue senador del albertismo y Riutort terminó en diciembre su gestión al frente del Pami en Córdoba.
Ambos, y a su modo, tienen una relación con Llaryora que con Schiaretti no pudieron continuar. Más bien, están enfrentados desde hace un buen tiempo con el schiarettismo, aunque con el actual gobernador el vínculo es distinto. Llaryora le dejó un lugar importante en la Provincia a la hija de Caserio y el yerno de Riutort, Miguel Siciliano, y la hija de la dirigente del PJ, Victoria Flores, tienen espacios relevantes en el gobierno de Llaryora.
Cierto es que los dos con un recorrido y con pasado en el gabinete llaryorista en el Municipio; y desde diciembre Siciliano es el jefe del bloque oficialista en la Legislatura y Flores es la ministra de Ambiente provincial.
Quintela busca un guiño de la dirigencia en la provincia más anti K del país, por eso los mensajes que mandó en distintas entrevistas en medios nacionales cuando hizo un llamado tanto a los cordobeses Schiaretti y Llaryora, como también a Florencio Randazzo. Por lo que, en la recorrida del riojano la agenda se armó con el sector productivo, empresarios pyme, una pata sindical alejada del kirchnerismo y la dirigencia que empieza a juntar de cara al 17 de noviembre. Con un aval, aunque sea por lo bajo, de algunos despachos del PJ cordobés.
Fuente: LaPoliticaOnline.com