El primer anotado para reemplazar a Gerardo Werthein en la embajada argentina en Estados Unidos es Daniel Scioli. El secretario de Turismo y Deportes gestiona su desembarco a Washington a través de Guillermo Francos y no tendría demasiados vetos en el triángulo de hierro. 

Sin embargo, el ex gobernador tiene un problema que frena sus posibilidades para ocupar uno de los destinos diplomáticos más codiciados y es que no sabe hablar inglés. 

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Una fuente diplomática explicó a LPO que «una embajada del calibre de Estados Unidos necesita de dos elementos fundamentales: el idioma y conocer el sistema político norteamericano. Si no contás con eso, es difícil que te atiendan al teléfono». 

Una embajada del calibre de Estados Unidos necesita de dos elementos fundamentales: el idioma y conocer el sistema político norteamericano. Si no contas con eso, es difícil que te atiendan al teléfono

Scioli cuenta a su favor con el pergamino de haber ocupado la embajada en Brasil durante toda la gestión de Alberto Fernández y parte de la de Milei, y en ambas gestiones fue candidato para ocupar el cargo de Canciller. 

Incluso, se especuló con que podía ocupar ese cargo en una eventual presidencia de Sergio Massa con quien presentó su libro sobre política exterior. Luego, la dinámica política lo terminó llevando a Turismo y Deportes, pero la idea de Scioli siempre fue ocupar cargos vinculado con la agenda internacional. 

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«Siempre es mejor estar en una embajada que en el barro de la política local», afirma un diplomático con experiencia.

Siempre es mejor estar en una embajada que en el barro de la política local

Otros de los autopostulados para ir a Washington es Marcelo Cima, secretario de Relaciones Económicas Internacionales y mano derecha de Diana Mondino que está buscando la salida como muchos de los diplomáticos que rodearon a la ex canciller. Sin embargo, sus chances de quedarse con el cargo son muy bajaa. 

Las dos personas de confianza de Werthein en Estados Unidos fueron Francisco Tropepi y Juan Cortelletti. El primero fue designado en las Naciones Unidas mientras que el segundo podría irse con el nuevo Canciller a trabajar al Palacio San Martín.