Pier, una de las bandas más emblemáticas del rock barrial porteño, integrada por los hermanos Cerezo (Agustín y Ramiro) y con más de tres décadas de trayectoria, presentó su nuevo single “Flor Salvaje”, grabado en formato live session en los estudios One Song Records. El tema, cargado de guitarras filosas e influencias rockeras al estilo Stones, retrata la historia de una chica que sobrevive en la marginalidad y denuncia realidades profundas como el abandono y la falta de oportunidades.
El lanzamiento, primero de una serie de seis canciones grabadas en vivo, marca una nueva etapa donde Pier reafirma su potencia con una lírica comprometida y un sonido enérgico. Para presentar esta energía renovada, la banda decidió reencontrarse con su público en el Teatro Vorterix (CABA) el 8 de agosto a las 21:00, en una velada que prometía clásicos, estrenos y toda la mística del ritual del rock en vivo.
Sin embargo, lo que debía ser una cobertura vibrante terminó truncada por inconvenientes organizativos que afectaron seriamente la seguridad y las condiciones mínimas para desarrollar nuestro trabajo. A apenas cuarenta minutos del inicio, tanto yo como la fotógrafa nos vimos obligadas a retirarnos.
Si bien habíamos sido acreditadas oficialmente, no se nos proveyó el acceso al vallado, que en este tipo de eventos no es un privilegio, sino una medida de seguridad para proteger tanto al trabajador como a su equipo. En un recital de rock con público muy activo, donde comenzaron a volar vasos y objetos, permanecer sin esa protección implicaba un riesgo elevado: cada una de nuestras cámaras está valuada en mucho dinero, y cualquier daño no solo sería una pérdida material enorme, sino que también nos dejaría sin herramienta de trabajo.
Intentamos resolverlo desde el inicio, incluyendo comunicación previa y contacto el mismo día por Instagram, pero sin respuesta oportuna. Finalmente, y gracias al personal de seguridad de Vorterix, el ingreso fue autorizado únicamente fuera del vallado, algo que contradice el protocolo habitual que se utiliza en recitales, y que terminó forzándonos a interrumpir la cobertura.
No cuestionamos la música ni la entrega de los músicos, pero esa gestión (de la que el management forma parte) terminó perjudicando la cobertura y la profesionalidad que ponemos en cada trabajo. Esa representación inevitablemente se vincula con la banda, y su falta de claridad y organización impactó directamente en nuestra labor.
Por eso, esta crónica no abarca el show completo ni la performance de Pier de principio a fin, sino solo lo que vivimos: una clara muestra del espíritu del rock argentino y el mensaje potente de “Flor Salvaje”, empañados por una logística deslucida.
