Araceli Julio, reconocida cantante de la banda de ska Satélite Kingston, falleció el pasado 9 de julio en el Hospital Central de San Isidro. Tenía 39 años, era madre de dos hijos y atravesaba una dura batalla contra el cáncer, agravada por la interrupción estatal de su tratamiento oncológico.

A comienzos de este año, Araceli había hecho pública su situación: la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DADSE), área dependiente del Ministerio de Salud, había suspendido la entrega de los medicamentos que necesitaba para seguir adelante con su tratamiento. Frente a esta vulneración de derechos, presentó un recurso de amparo ante la Justicia. El fallo le fue favorable, pero el Gobierno decidió apelar. La restitución de la medicación, aunque ordenada judicialmente, llegó demasiado tarde.
Más allá de su padecimiento, Araceli se convirtió en un símbolo de resistencia frente al ajuste impulsado por el gobierno nacional. Su caso visibilizó las consecuencias humanas de una política sanitaria que, en nombre del recorte, deja expuestos a quienes más necesitan del Estado.
Durante dos décadas, Julio fue una figura central en la escena ska argentina. Con Satélite Kingston grabó tres discos y recorrió diversos países de América Latina. También participó del colectivo artístico Boom Chapadama y llevó adelante un proyecto solista bajo el nombre La Bicicleta de Saturno. Su voz —potente, sensible, luminosa— dejó una marca profunda en la música popular.
En noviembre de 2023, se presentó junto a Satélite Kingston en el festival Skatex de México, frente a una multitud. Allí interpretó “La última carta”, una canción emblema del ska latinoamericano. Fue autora de temas como “El hilo” y “En mil años”, piezas que combinaban lirismo, conciencia social y sensibilidad poética.
La noticia de la suspensión de su tratamiento generó una ola de solidaridad en la escena musical y cultural. Artistas, colegas y seguidores impulsaron campañas de apoyo. Uno de los gestos más conmovedores fue el festival realizado el 5 de julio en Buenos Aires, donde distintas bandas le rindieron homenaje en vida.
Su última presentación fue el 22 de febrero como La Bicicleta de Saturno en el Multiespacio Korova. Poco después, se lanzó Justo cuando creías que no, un EP grabado en vivo junto a Satélite Kingston.
Desde las redes, sus compañeros de banda la despidieron con un mensaje emotivo: “Solo nos reconforta la noción de que tendremos siempre presentes la compañía dulce de los recuerdos y también los registros de su voz, su sonrisa, sus canciones”.
Araceli Julio fue mucho más que una artista talentosa. Fue madre, compositora y defensora del derecho a una vida digna. Su partida es una pérdida inmensa para la cultura popular y, al mismo tiempo, una denuncia viva sobre el impacto de políticas que, en lugar de cuidar, abandonan. Su música queda. Su lucha también.