Hay que ordenar la interna libertaria. Esa es la lectura compartida por la gente más sensata en las distintas alas del gobierno. La primera conclusión es que Karina Milei tiene que “salir por arriba” de la pelea. La segunda es que para Javier Milei su hermana es “intocable” y Santiago Caputo es importantísimo. O sea, la solución tiene que integrar esas premisas.
Este jueves a la tarde un diseño que circulaba en el Gobierno proponía ascender a la Jefatura de Gabinete a Manuel Adorni y darle a Santiago Caputo un ministerio del Interior potenciado, que incluya Transporte y Obras Públicas, dos áreas que su tío Toto se quiere sacar de encima. Esa cartera permitiría al joven asesor concentrar la relación con los gobernadores. Hoy con Lisandro Catalán, esa tarea orbita bajo la jefatura de Guillermo Francos, pero Adorni no lamentaría la pérdida.
“Adorni está interesado en la comunicación no se va a meter en la política”, explica un importante funcionario libertario que cree que la Jefatura de Gabinete le permitiría continuar ejerciendo su rol de vocero del Gobierno, como hizo Jorge Capitanich con Cristina Kirchner. Su ascenso es una compensación a Karina por la pérdida de la relación con las provincias. El todavía vocero tiene además una virtud en medio de una interna tan tóxica: “es inofensivo”, como comenta un libertario, sin ironía.
El Ministerio de Justicia, epicentro de la tensión en el gabinete de Milei
Guillermo Francos y Catalán perderían sus posiciones pero aún no está resuelto su destino. La imposición del Tesoro de Estados Unidos y el JP Morgan de Pablo Quirno como canciller, le arruinó al gobierno el puente de plata que tenían preparado para el hombre de Eurnekián en el gobierno.
Al todavía jefe de Gabinete le reprochan su falta de ejecución. “Santiago para bien o mal ejecuta”, comenta un funcionario que no responde al asesor. “Además tuvo un rol importante en el acuerdo con Estados Unidos y eso tiene mucho peso”, agregó. También el ingreso de Santiago al gabinete es una manera de comprometerlo. “Si quiere jugar, que se meta”, es la idea que circula en la Rosada.
Pero no hay que dar por seguros estos cambios. El sector del karinismo que más le puso el cuerpo a la pelea con Santiago Caputo cree que no es conveniente darle el ministerio del Interior. “Santiago va por todo”, advierten.

El reparto de poder que se discute por estas horas incluye dejarle a los Menem el manejo del Congreso y el armado territorial de La Libertad Avanza. Es decir, sólo perderían la relación con los gobernadores.
El diseño en los papeles suena razonable, en el ejercicio de poder promete la continuidad de los codazos, porque los diputados y senadores están muy vinculados a las decisiones políticas de los gobernadores. Es decir, Santiago Caputo y los Menem, si este esquema se confirma, están obligados a perpetuar su incómoda convivencia.
Por eso, los Menem creen que el problema no es Francos ni Catalán, sino el diseño de poder que los deja sin capacidad de ejecución. “Menem promete y el Ejecutivo no cumple porque las cosas se traban en algún lugar, para que dos meses después aparezca el salvador que sí las resuelve”, explican. “Eso tiene que cambiar, porque también lo va a sufrir Patricia en el Senado”, agregan, acaso confirmando que la ministra irá a la presidencia provisional.
Esta es la discusión real de poder en el Gobierno, el problema a enfrentar es como desactivar la interna de Karina Milei y Santiago Caputo. El resto de los ministerios son temas secundarios, como el acuerdo con Macri. Con el triunfo, Milei perdió la urgencia por integrarlo a su gobierno y ahora están pensando en ofrecerle segundas o terceras líneas.
“No le podemos dar ministros a Macri porque después es difícil echarlos”, explicó un dirigente libertario que participa de las negociaciones. Ya se sabe que la escuela austríaca no valora la generosidad.

